Cantidad vs Calidad
Desmontando la filosofía del
“Más entrenas, más mejoras”
Cuando vemos por la televisión a un
deportista recibiendo una medalla o levantando la copa de campeón, no somos del
todo conscientes de la cantidad de horas que ha trabajado duramente para
conseguir ese objetivo. Mucha gente defiende la teoría del “más es mejor”, es
decir, a más horas de entreno, mejores serán los resultados pero la realidad
actual no se sustenta sobre esta teoría. Se trata de un dilema que permanece
entre los entrenadores desde hace mucho tiempo: ¿Qué priorizo, la calidad del entrenamiento
o la cantidad de éste?.
El entrenamiento es un proceso complejo en el
que aplicando cargas (1) obtendremos
unas adaptaciones (2) en el
organismo que nos permitirán desarrollar un rendimiento concreto en la
competición.
![]() |
Michael Jordan después de ganar el primero de los seis campeonatos de la NBA. |
- ¿Qué entendemos por CARGA (Q)?
Según Zintl 1991, carga se define como la
totalidad de estímulos de entrenamiento aplicados sobre el organismo. La carga
depende del resultado de relacionar los estímulos cuantitativos (Volumen)
y los estímulos cualitativos (Intensidad). En definitiva, cuando
hablamos de carga podemos simplificarlo a través de Q = V x I (Carga=Volumen x Intensidad). Partiendo de esta expresión
introducida por Fidelus, las maneras de calcular la carga han evolucionado
mucho teniendo en cuenta la especificidad del ejercicio, edad, sexo del
deportista, frecuencia cardíaca, número de latidos a lo largo de la sesión, características y las necesidades de los deportes…etc. Al fin y al cabo, todas las fórmulas que se
han elaborado se basan en el principio inicialmente expuesto por Fidelus.
En cuanto a la
naturaleza de la carga, es importante saber que podemos clasificarla en dos tipos:
Interna y Externa. La carga interna nos permite ver el impacto fisiológico
que tiene el entrenamiento sobre los deportistas. Mediante diferentes parámetros
como la Frecuencia Cardíaca, el consumo máximo de oxígeno, la concentración de
lactato y la concentración de minerales en sangre podemos calcular la carga
interna.
La carga externa, por
otra parte, conforma el conjunto de parámetros que influyen desde un punto
vista ajeno al deportista, es decir, el volumen de trabajo (tiempo y
distancia), Intensidad de trabajo, densidad del ejercicio y la frecuencia de
acciones. Los valores obtenidos dependen en gran medida del género, nivel del
jugador, posición de juego, momento del partido y estilo de juego. Los últimos
avances tecnológicos en los GPS, acelerómetros…, nos permiten evaluar de una
forma más precisa y cómoda la carga externa del deportista.
2. ¿Qué
entendemos por ADAPTACIÓN?
Para poder explicar este proceso tan complejo encontramos dos teorías que se complementan mutuamente: La ley del umbral y la teoría del stress.
La ley del umbral, explica que el estímulo del entrenamiento
tiene que superar un umbral mínimo para poder desencadenar una repuesta de adaptación.
La ubicación de este umbral depende del nivel de rendimiento del deportista. De
esta manera, encontramos estímulos inferiores-1 al umbral que no tienen ningún
efecto y los estímulos superiores: Pueden ser débiles-2 (mantienen el nivel funcional), óptimos-3,4 (desarrollan el nivel funcional) y por último los demasiado fuertes-5 (producen daños
funcionales). Debemos tener en cuenta, que el cuerpo con el entrenamiento
progresivo se adapta y eso comporta que el umbral incremente y lo que al
principio del proceso suponía un estímulo óptimo, después de unas semanas se
transforma en un estímulo ineficaz.
La teoría del
stress – Síndrome general de adaptación (Seyle, 1936)
Hans Seyle estructuró el síndrome general de adaptación en tres fases:
1) Fase
de alarma (A): Fase en la que un
estímulo altera la situación de homeostasis (equilibrio) del organismo. (Carga)
2)
Fase de resistencia (B): El organismo como sistema complejo se
reorganiza y activa todos sus medios para volver a ese estado de equilibrio.
Intenta generar un nivel de adaptación superior para evitar que el estímulo le
afecte. (Recuperación)
3)
Fase de Sobrecompensación (C) o agotamiento (D): Encontramos dos posibles situaciones. La
primera es que debido a la intensidad i/o volumen del estímulo el organismo no
es capaz de adaptarse. La segunda, el organismo es capaz de adaptarse al
estímulo y por lo tanto logra encontrar esa situación de equilibrio que tenia
previamente. (Sobrecompensación - Sobreentrenamiento/fatiga)
¿Finalmente,
en qué quedamos: Cantidad o Calidad?
Ni una, ni la otra. Antiguamente, no se tenía
conocimiento de todas estas teorías del entrenamiento y se llevaba el atleta al
límite de sus capacidades. Un famoso estudio científico en nadadores quiso
demostrar que con un entrenamiento con menos volumen (cantidad) se pueden
conseguir los mismos resultados. Durante
6 meses, un grupo de nadadores entrenaron 2 veces al día mientras que otro
grupo entrenó solo una vez. Los resultados no mostraron diferencias
significativas y hasta en algunos parámetros como la frecuencia cardíaca, fue
más elevada con un mismo ritmo en los nadadores que doblaron en volumen. En
definitiva, un volumen tan grande puede ayudar al nadador a conseguir una adaptación
a largo plazo pero está claro que la
cantidad, por sí sola, contribuye muy poco a mejorar el rendimiento. Por otro
lado, un entrenamiento de poco volumen y muy intenso se puede tolerar solo
durante breves períodos. Si se entrena de esta manera con demasiada frecuencia,
las reservas musculares de energía pueden quedar crónicamente agotadas y la
persona puede mostrar signos de fatiga crónica o sobreentrenamiento.
En mi opinión, cantidad y calidad van cogidas
de la mano, las dos son elementales
durante el proceso de entrenamiento. Ninguna es prescindible
pero hay que saber priorizar cual de las dos tiene que tener más peso en el
entrenamiento dependiendo del momento de la temporada, la edad del
deportista, de las características del deporte…etc.
Por ejemplo, en la pretemporada de un equipo de baloncesto, la cantidad (volumen) inlfuirá decisivamente sobre la duración
del período de mantenimiento de la forma deportiva (Blanco, 1994). En cambio durante
la temporada, la calidad (intensidad) del entrenamiento será crucial para
mantener o incluso mejorar el nivel de juego que queremos desarrollar en cada
partido.
Referencias:
Solé, J. (2008). Teoria del
entrenamiento deportivo. Libro de ejercicios. Barcelona: Sicropat Sport
Costill,
D., Wilmore, J., Kenney W. (2012). Physiology of Sport and Exercise-Fifth
Edition. Human Kinetics
Schelling, X. (2012). Exigencia en baloncesto: Carga Externa e Interna. In Deporte
, Salud y Entrenamiento, pp. 6-23.
No hay comentarios:
Publicar un comentario